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Alexandro Scarlatti
Obras musicales del compositor: Alexandro Scarlatti (12)
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Barroco
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Alessandro Scarlatti (Palermo, 2 de mayo de 1660 - Nápoles, 22 de octubre de 1725) fue un célebre compositor italiano que jugó un papel fundamental en la historia de la música, principalmente en el desarrollo del lenguaje de la ópera, contribuyendo a perfeccionar las formas del aria da capo y de la obertura italiana de tres movimientos. Fue uno de los primeros compositores en utilizar el recitativo con instrumentos, denominado recitativo acompañado, en lugar del recitativo anterior, llamado seco, con clavicémbalo y órgano.

Su lista de obras es inmensa y prácticamente desconocida para el gran público, incluyendo más de cien óperas italianas, ochocientas cantatas italianas, serenatas para voces e instrumentos, madrigales, treinta y ocho oratorios (de los que sólo veinte se conservan), más de cien motetes y cantatas sacras, una pasión y doce misas. En los géneros de la música instrumental compuso también sinfonías, concerti grossi, sonatas para diversos instrumentos y piezas para órgano y clave.

Scarlatti comenzó a labrarse un nombre como compositor con tan sólo 18 años en Roma, donde produjo su primera ópera conocida Gli Equivoci nel Sembiante, en 1679, con gran éxito.

Nacido el 2 de mayo de 1660 en el seno de una humilde familia siciliana en Palermo, el todavía niño Alessandro fue enviado a vivir con unos parientes a Roma en 1672. En aquella época existía una gran demanda de niños cantores para los coros de las numerosas iglesias de Roma.

Los talentos no tardaron en hacerse notar. En 1679 se estrenó su primera ópera Gli Equivoci nel Sembiante gracias a un encargo de la reina Cristina de Suecia, que vivía en Roma tras su abdicación y conversión al catolicismo. El mismo año estrenó también su primer oratorio en la Fraternidad del Santísimo Crucifijo y nació el mayor de sus hijos, el también compositor y organista Pietro Filippo Scarlatti. Scarlatti obtuvo el puesto de maestro de capilla para la reina Cristina, gracias a lo cual su talento musical pudo ser apreciado por personalidades nobles e influyentes de Roma, Italia y el resto de Europa.

En 1684 Scarlatti fue contratado por el embajador de España en el Vaticano, que había sido nombrado Virrey de Nápoles. Un año después nacería el sexto de sus hijos, aquél que más tarde le eclipsaría, Domenico Scarlatti. Permaneció en el puesto de maestro de capilla para el Virrey hasta 1702. La Guerra de Sucesión Española, que comenzó en 1700, endureció las condiciones de vida en Nápoles y Scarlatti buscó otro puesto, primero en Florencia y luego en Roma. Durante los dieciocho años de su primera estancia en Nápoles, Scarlatti compuso más de 80 óperas (de las que actualmente se conocen 40), nueve oratorios, siete serenatas y 65 cantatas. Muchas de sus óperas fueron representadas en Roma (a donde viajaba a menudo para dirigir las representaciones), Florencia, Milán, Brunswick y Londres.

Buscó trabajo primero en Florencia bajo el mecenazgo de Ferdinando de Medici, hijo del Gran Duque de Toscana, pero no lo consiguió. Entonces aceptó un puesto de maestro de capilla de la basílica de Santa María la Mayor de Roma. Es su segunda estancia en Roma, durante la cual recibe encargos del príncipe Ferdinando de Medici y de la reina de Polonia María Casimira. Pronto entró al servicio del Cardenal Pietro Ottoboni. Durante estos años se convierte en un solicitado autor de cantatas. En reconocimiento por sus méritos artísticos, en 1706 es admitido en la Academia de la Arcadia, reservada para nobles y eruditos.

Entre 1707 y principios de 1708 no recibió encargos de óperas. Además de las obras escritas para Santa María la Mayor, que incluyen una misa y varios motetes, durante ese período compuso un ciclo de responsos para Semana Santa por encargo de Ferdinando de Medici, y la célebre Cantata per la Notte di Natale que se interpretó en la corte papal en 1707.

En 1708, con una situación política inestable en Europa por la continuación de la guerra, y su último año de su segunda estancia en Roma, Scarlatti remite una carta a Ferdinando de Medici en la cual confiesa que su situación actual sin un puesto fijo bien remunerado no le permite mantener a su familia.

Ese año Scarlatti compone dos oratorios con texto del cardenal Pietro Ottoboni, en ocasión del ciclo de ocho oratorios organizado por éste para la cuaresma: Il Martirio di Santa Cecilia y el Oratorio per la Passione di nostro Signor Gesu Cristo. Este último, con el subtítulo de La Colpa, Il Pentimento, la Grazia, está considerado uno de sus mejores oratorios y fue representado el Miércoles Santo en el palacio de la Cancillería. No hay que descartar la hipótesis de que Scarlatti compusiera esta obra maestra por cierto sentimiento de rivalidad con el joven músico alemán Händel, que entonces residía en Italia, y cuyo oratorio La Resurrezione se representaría el Domingo de Pascua siguiente en el palacio Ruspoli.

Con la llegada de los Austrias a Nápoles, Scarlatti recuperó en 1708 el puesto de maestro de capilla del nuevo Virrey, aunque sin perder totalmente el contacto con sus patrones en Roma. Como consecuencia, el Papa le concedió privilegios de nobleza en 1716. Su segunda etapa en Nápoles se caracterizó por una serie de fracasos y crisis en lo que se refiere a su producción operística. Su tragedia in musica Il Mitridate Eupatore fracasó en Venecia en 1707. Su ópera cómica Il trionfo dell'onore (Nápoles 1718) no ganó las simpatías de los napolitanos. Mejor suerte corrieron su óperas cómicas en dialecto napolitano, que comenzaron a ser populares en aquellos años. Su última ópera, Griselda, se estrenó en el Teatro Capranica de Roma en 1721 con ayuda del Príncipe Ruspoli. A partir de aquí, las obras de Scarlatti empezaron a caer en el olvido, ya que las nuevas tendencias en composición operística comenzaban a surgir en esos años de las manos de una joven generación de músicos de la talla de Leonardo Leo, Leonardo Vinci, Johann Adolf Hasse y Giovanni Battista Pergolesi.

Durante los últimos años de su vida en Nápoles, ya un anciano maestro mundialmente famoso, recibía a jóvenes compositores que peregrinaban para aprender de él. Entre éstos se encontraban Johann Adolph Hasse y el famoso compositor y flautista Johann Joachim Quantz (de esta época datan las siete sonatas para flauta y cuerda de Scarlatti).

Scarlatti murió el 22 de octubre de 1725 y fue enterrado en la iglesia de Santa María del Montesanto

Debido a la indisponibilidad de sus obras y al genio de su hijo, Domenico Scarlatti, famoso por sus sonatas para clave, Alessandro Scarlatti ha sido un compositor injustamente olvidado hasta muy recientemente, cuando muchas de sus obras están viendo la luz en reediciones y en grabaciones gracias al resurgimiento de la Música antigua en el repertorio, junto con el movimiento HIP (Historically informed performances), y a las numerosas orquestas con instrumentos de época y jóvenes voces e intérpretes que se ven atraídos por la desconocida obra de este compositor.

Pero en el siglo XVIII, Alessandro Scarlatti era definitivamente mucho más famoso que su hijo, que pasó sus últimos años en la aislada corte de España, alejado de los centros musicales europeos de la época, mientras que Alessandro era uno de los compositores de música vocal más representados. Sus numerosas óperas (no se conoce el número exacto, pero muchas fuentes señalan más de cien óperas en su haber) se representaron en Roma, Nápoles, Florencia y Venecia. Pero donde posiblemente se manifieste mejor su genio es en el género de la cantata. Sus más de seiscientas cantatas fueron compuestas para representaciones privadas ante la aristocracia de Roma, principalmente los cardenales Benedetto Pamphili y Pietro Ottoboni y la reina exiliada Cristina de Suecia.

La cantata, como forma concentrada de una escena de ópera, se consideraba por algunos la más alta forma de expresión artística. En muchas de las cantatas de Scarlatti, la voz (generalmente soprano o alto) es acompañada sólo por el basso continuo, y consisten en varias arias da capo conectadas por recitativos. La más común es la de cuatro movimientos recitativo, aria, recitativo, aria, aunque alguno de los recitativos puede ser sustituido por un arioso. Scarlatti utiliza magistralmente los recursos musicales de su tiempo.

La música trata a menudo de representar pictóricamente los poéticos textos. La intensidad de los sentimientos es a veces representada por ingeniosas progresiones armónicas. A menudo se utiliza el emocional acorde de sexta napolitana. También emplea la técnica de usar algún instrumento, como el cello, para introducir la atmósfera de un aria. Algunas cantatas se preceden por una sinfonía al estilo de las óperas venecianas con ingredientes a la manera de Corelli (a quien Scarlatti conocía bien).

* Información obtenida de Wikipedia.

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